El retiro en la naturaleza facilitado por Irene Goikolea este verano en la comunidad Amalurra del País Vasco, ha sido una experiencia emocionante tanto para los participantes como para la propia comunidad, quien se ha incluido en el campo energético de este encuentro. Día y noche, se ha cuidado de un fuego, símbolo del corazón único como soporte y protección para todo lo que pudiera acontecer individual y colectivamente.
Irene nos explica en qué consiste esta práctica, sus características y los beneficios que conlleva.
- ¿En qué consiste un retiro en la naturaleza?
Básicamente, consiste en permanecer tres o cuatro días con sus noches en un paraje natural, en soledad, silencio y ayunando. Esta práctica se inspira en la “Vision Quest” o “Búsqueda de Visión” que realizan tradicionalmente las culturas nativas americanas. Según esta tradición, la búsqueda de visión marca cambios o transiciones significativas de la vida. En términos generales, ellos lo consideran un acontecimiento personal y colectivo, pues la visión o transformación que el individuo experimenta contribuye positivamente a su colectivo más cercano.
En esencia, el retiro se compone de tres fases. En la primera, uno se separa del contexto de la vida cotidiana conocida para entrar en un mundo desconocido, donde se hallan miedos inconscientes, sentimientos de vulnerabilidad e indefensión, creaciones y prejuicios mentales, que la intensidad del momento nos pone delante para que los miremos y podamos discernir lo que es de lo que no es. De ese modo, resulta más sencillo percibir con mayor claridad partes de nosotros que normalmente no vemos.
La segunda fase simboliza la entrada a lo desconocido. Es un periodo de soledad y aislamiento en el que es normal experimentar una mayor sensibilidad hacia la naturaleza e, incluso, vivenciar experiencias totémicas con animales del entorno. En este contexto, en el que uno llega a sentirse parte de la Madre Tierra, es común percibir el auténtico significado de la vida y cuán alejados estamos de nuestras raíces.
Por último, está la fase de la reincorporación a la comunidad, a la que se vuelve poco a poco, después de haber conseguido nuevas percepciones que aplicar a nuestra vida cotidiana. Tal vez hayamos obtenido una visión, o tal vez no. Pero, sin duda, se trata de una experiencia que aporta mayor completitud y equilibrio, así como una oportunidad de ampliar la conciencia.
Este retiro ha tenido lugar entre los árboles que plantamos hace ya casi 20 años y que ahora han dado lugar a un hermoso bosque.
Cuando llegamos al lugar donde ahora se asienta la comunidad, nos percatamos de la rápida desforestación de los árboles autóctonos, símbolo de la desconexión con un conocimiento ancestral.
Entonces, decidimos plantar más de 4.000 árboles autóctonos con el fin de rescatar nuestro legado natural. Al cabo de los años, la tierra nos ha deleitado con la magia de un tupido bosque que este verano ha acogido el retiro.
- Y, ¿en qué consiste tu rol, cómo facilitas esta “búsqueda”?
Tengo que decir que la condición previa para participar en este retiro es haber realizado alguno de mis talleres, dado que el retiro ayuda a profundizar e integrar los aspectos que cada participante ha venido trabajando en los mismos.
Respecto a mi papel, este se adecúa a las tres fases mencionadas. Así, antes de colocar a los participantes en el bosque, abro un espacio para que estos puedan expresar sus objetivos, miedos, anhelos, etc. Por otro lado, reciben unas pautas a nivel físico, psicológico, mental y espiritual para que su estancia en la naturaleza les reporte el mayor beneficio.
Mientras están en el retiro, yo lo sostengo junto con un equipo de personas, guardando el fuego y cuidando de la integridad de los participantes, atenta a cualquier necesidad que pudiera surgir en cualquier momento.
Cuando el retiro finaliza, recojo a los participantes y, junto a las personas que han estado apoyando, les doy la bienvenida en un círculo de palabra donde ellos intercambian sus historias personales, hallazgos, sensaciones, temores, enseñanzas, visiones, etc. Es un momento de compartir en el que lo personal se convierte en colectivo.
Contar la historia de cada cual es muy importante pues la supervivencia de nuestra especie depende de la capacidad de compartir nuestras historias con el otro, algo que nos enriquece mutuamente. Con esta práctica recordamos cómo escuchar y cómo comunicar. Las mejores historias son sobre la naturaleza humana. Sin ellas, nuestra vida estaría muda.
Una vez que se han contado todas las historias, mi papel consiste en apoyar al participante a integrar su experiencia en la vida cotidiana de modo que le aporte una comprensión práctica.
- ¿Cuáles son las motivaciones por las que la gente participa en esta práctica?
Las motivaciones son muy diversas. Hay quien busca resolver dudas personales, conocerse mejor, recuperar su pleno potencial o afrontar con mayor perspectiva y claridad sus situaciones cotidianas.
También hay quien busca descansar física y mentalmente de responsabilidades, tensiones o del estrés cotidiano que nos desconecta de nuestro ser más auténtico. El retiro es una manera efectiva de alejarse de todo y recargar las pilas.
- ¿Qué beneficios puede aportar un retiro?
Además de los ya mencionados, cabe destacar que hay personas que alcanzan una mayor percepción, revelación y crecimiento, junto con un sentimiento de amor cada vez más profundo y una mayor conexión con el espíritu, la naturaleza, uno mismo y los demás.
Ya hay investigaciones que confirman que el contacto directo e inmediato con la naturaleza promueve la salud y el desarrollo. Los beneficios documentados de pasar tiempo en la naturaleza incluyen: reducción de estrés, apreciación por el medio ambiente, mayor autoestima equilibrada con un sentimiento de confianza en uno mismo y en el mundo, más madurez respecto a los valores morales y al cuidado de los otros y una mayor capacidad de asombro. El contacto directo con la naturaleza también conduce a un mayor compromiso por cuidar del medioambiente.
- Y el hecho de permanecer solos, sobre todo durante la noche, en medio de un paraje natural ¿puede entrañar algún tipo de riesgo?
Ninguno, más allá del de afrontar los propios miedos internos, si los hubiera a este respecto.
- El retiro se ha realizado en la comunidad Amalurra, situada en una zona rural de Bizkaia, País Vasco. En la comunidad viven varias familias. ¿Cómo han participado de esta experiencia?
La comunidad ha sido fundamental para asegurar que todo y todos estuvieran cuidados y protegidos. Se ha tratado de crear un campo colectivo en el que todos estamos integrados y del que todos nos nutrimos. Por ello, durante los días que los participantes permanecieron en la naturaleza, la comunidad se volcó en cuidar del bienestar de esas personas, velando de día y de noche un fuego que se encendió con esta intención. También se realizaron encuentros y círculos de palabra, cantos y danzas.
Todos los miembros estuvieron involucrados a su manera, desde los niños hasta los jóvenes, quienes estaban participando de su propio encuentro: la “experience week”. De ese modo, la comunidad se pudo nutrir de esta práctica y los participantes del retiro pudieron sentir la importancia y el calor de formar parte de algo más grande, de “algo” que integra y eleva sus propias inquietudes.
- Por último, ¿cuál ha sido la valoración de este retiro?
Ha sido una experiencia transformativa para todos, profunda y llena de contenidos que sin duda los participantes seguirán integrando a lo largo de todo el año.
El retiro nos ha ayudado a comprender y reconocer la cualidad de este bosque como un lugar sagrado. La prueba fue que cuando los participantes fueron colocados en sus respectivos lugares dentro del bosque, experimentamos como si la frecuencia del lugar cambiara. Espontáneamente, comenzamos a hablar bajito, como se hace en una iglesia u otro lugar sagrado.
La verdad es que nos ha dado una gran alegría ver que este bosque, que plantamos con nuestras propias manos, acogía una variedad del ritual que nos ha aportado los cambios más significativos de nuestras vidas, tanto personal como colectivamente: la Búsqueda de Visión según la tradición Lakota, en la que participamos durante los 10 primeros años de nuestra andadura grupal.
Para finalizar diré que la riqueza que el trabajo que cada participante realiza en el retiro ha sido una aportación para toda la comunidad, hasta el punto de llegar a transformar los corazones y las vidas de muchos de nosotros.