Quisiera compartir la experiencia que ha supuesto para mí tomar parte en el III Congreso Internacional de Gestión Energética Integral del sector hotelero (Climaval 2015). Participé en calidad decoachdel Hotel Amalurra, un servicio de hostelería integrado en el proyecto Amalurra, junto con directivos y gestores de hoteles reconocidos y prestigiosos como el Hotel Tryp Oceanic M.I, el Hotel Stadthalle Viena y el Tweentytú Hight.tech Hostel. Desde mi rol de facilitadora, basé mi intervención en una visión holística del ser humano, una ecología que comienza en el propio individuo poniendo consciencia en las emociones, miedos, sentimientos y muy especialmente al “lado oscuro”, o sombra, que todo ser humano tiene.
De hecho, esta ha sido la piedra angular del trabajo interno que he propiciado en Amalurra. El objetivo primordial ha sido afianzar en nuestro interior unas pautas de ecología y sostenibilidad emocional que luego se pudieran plasmar en el exterior. Por ello, en primer lugar, nos dedicamos a trabajarnos, usando la plataforma de la comunidad como escenario para ir identificando nuestras proyecciones, ponerles nombre y llegar a gestionarlas de una manera responsable. Este trabajo de conciencia ha dado unos frutos que se han manifestado en las labores de reforestación del lugar, en el cuidado de la tierra así como en la gestión coherente de la energía y los residuos o la incorporación de técnicas y materiales de bioconstrucción.
Igualmente, la visión de construir un hotel y más tarde un restaurante y un spa, se fundamentó en el intento de lograr una hospitalidad consciente, es decir, con conciencia, de modo que el visitante, huésped o cliente pueda sentir y percibir, sin necesidad de palabras, el impacto de este trabajo para el despertar.
Pienso que el premio SOHO que el Hotel Amalurra ha recibido en la categoría de Sostenibilidad Ambientales un reconocimiento al poder de la intención que nos colocó en la línea de salida de un camino todavía no trazado. Como colectivo, como comunidad, nuestro mérito ha residido en permanecer fieles a ese impulso, a pesar de los avatares, las dudas y, en ocasiones, las criticas. Por todo esto, en nombre de todos los componentes de Amalurra, agradezco este galardón y la oportunidad que nos brinda de dar a conocer una experiencia llena de luces y de sombras que ha llegado a materializarse en un proyecto abierto al mundo.